Nuestra historia

En 2007, Celina de Sola, junto con su hermano Diego y su esposo, Ken Baker, fundaron Glasswing International en San Salvador, El Salvador. El concepto era simple: fomentar el cambio invirtiendo en las fortalezas y recursos existentes de una comunidad: su infraestructura y su gente.

Después de pasar muchos años viajando por el mundo como trabajadora de ayuda humanitaria y trabajando como trabajadora social y especialista en salud pública, Celina se sintió obligada a regresar a casa y hacer una diferencia en Centroamérica.

Basándose en sus experiencias, vio la oportunidad de combinar una perspectiva internacional con un enfoque práctico y de base para transformar las comunidades vulnerables en toda la región.

Diego, que vivía en El Salvador, trabajaba en el sector privado y se desempeñaba como miembro global del Foro Económico Mundial, sintió que era un momento crítico para encontrar una mejor manera de impulsar a las personas, las empresas y los miembros de la comunidad a aprender a trabajar juntos. para promover el progreso. Vio a Glasswing como un vehículo para empoderar a las comunidades y crear oportunidades para que las personas asuman la responsabilidad y sean agentes de cambio para un futuro mejor.

Después de años de trabajar como ejecutivo en los sectores privado, público y sin fines de lucro, Ken creía que lograr un impacto duradero y abordar de manera sostenible los desafíos del desarrollo se lograba mejor mediante la creación de una organización local fuerte. Glasswing se construyó como una organización local innovadora con una perspectiva global y un compromiso con el empoderamiento, las soluciones locales y la eficiencia.