Conoce a Jazmín

Publicado el 25 marzo, 2021 by Glasswing International

Mi nombre es Jazmín, tengo 21 años y participó en el programa Escuelas Comunitarias desde hace seis años. Glasswing ingresó a mi escuela en el 2016 y empecé a participar en el Club Glee. Después, decidí unirme como voluntaria en el Club de Inglés y diferentes programas de Glasswing.

Describir mi vida es contar todos los retos que he tenido que pasar desde pequeña. Ha sido un sube y baja de emociones que me ha afectado de distintos modos. Cuando era pequeña, mi mamá se fue de la casa y me fui a vivir con mis abuelos. Ahí las reglas eran mucho más estrictas y no tenía permiso para hacer nada, ni siquiera de asistir a los clubes. Sin embargo, a mí me gustaban tanto que, cada sesión, me arriesgaba a ir. Muchas veces, cuando llegaba a casa después del club, sufría golpes o insultos de mi abuela, pues ella decía que era una pérdida de tiempo y que mi lugar era ayudar en la cocina. A pesar de lo mucho que me dolía, en la siguiente sesión lo volvía a intentar y así lo hice siempre, porque los clubes representaban la salida que necesitaba. Con el tiempo y después de que me uní al voluntariado, todo el programa se convirtió en mi motivación y razón para estar de pie.

Además de los retos familiares, en mi familia hemos sufrido bastantes dificultades económicas. Yo trabajo desde los 13 años, pues necesitaba ingresos para mis cosas, para mis útiles escolares o, en algunas ocasiones, para apoyar a mi familia.

A pesar de los problemas, Glasswing ha estado siempre presente. Después de un año de estar como estudiante en los clubes, me uní al voluntariado y la experiencia fue aún más gratificante. En medio de la pandemia, estaba pasando por momentos duros en distintos motivos (económicos, emocionales, de salud, etc). Regresé a vivir con mi mamá porque tuve problemas más fuertes con mis abuelos, perdí mi trabajo y cada día me sentía más sola. Fue justo en ese momento, cuando me sentía colapsada, cuando me invitaron a hacer voluntariado en la plataforma En Casa con Glasswing. Desde que inició la cuarentena, participé en el segmento “Q&A”, donde realizábamos entrevistas de diferentes temas para que los estudiantes de toda la región tuvieran más información y para acompañarlos en ese momento tan duro. Mi meta en todo el voluntariado, y especialmente en la pandemia, ha sido enfocarme en todo lo bueno que la vida me ha dado y transmitir ese mensaje a los estudiantes. Siempre he pensado que mi meta es transmitir a los niños y niñas la buena vibra e impacto que Glasswing ha tenido en mí.

Después de estos seis años, no tengo palabras para describir el impacto que el programa Escuelas Comunitarias, y hoy En Casa con Glasswing, ha tenido en mí. Ha sido escape, refugio, libertad y, lo más importante, es que me ha dado lo que tanto me hacía falta: la sensación de familia y de que, finalmente, alguien se preocupa por mí. Hoy, mi meta es transmitir este mismo sentimiento a los estudiantes que están en los proyectos donde hago voluntariado.